SÍ HAY OTRA VIDA (FINAL)

 ¿Simples sueños? No.

La mayoría de quienes han soñado con Yuvia coinciden en que la han visto tranquila y contenta, además de delgada (como fue hasta el 2001) y siempre vestida con ropa de color azul (el color que usamos ambos para celebrar nuestras Bodas de Plata en octubre de 2021). Sólo dos personas que soñaron con ella durante los primeros días de su partida terrenal la vieron triste; de acuerdo a las palabras que ella les dirigió, la causa era el inconsolable dolor en el cual se habían hundido sus hermanas, cosa que al momento le impedía despegarse del plano físico para ascender. El resto de personas han recibido de su parte palabras llenas de optimismo, con mensajes específicos sea para ellas o para mí, por lo que se descarta que hayan sido jugadas de la mente. De ser así, serían muchas coincidencias y éstas -lo sé muy bien- no existen: todo obedece a un plan trazado y a una serie de hechos encadenados a este plan; Dios es su trazador y su ejecutor.

Tenemos comunicación con el más allá a través de los sueños.

Por mi parte, sólo he soñado cuatro veces con mi gordita. La primera ocasión fue un obsequio de Dios, pues estaba preocupado porque muchos había tenido sueños con ella y yo no, por lo que le había preguntado al Eterno el motivo. Luego de que me aclarara la causa, esa misma noche recibí su visita en sueños: la vi en nuestra casa, dirigiéndose a mí y observándome con una mirada plena de amor, inclinando la cabeza y haciendo un sonido  que sólo surgía de ella estando solos, por el cual me hacía saber que quería sentirse mimada por mí.

La segunda y tercera vez fueron más fugaces. Yo no podía verla, pero sabía que estaba a mi lado y me dirigía unas palabras que no puedo recordar, por más esfuerzos que he hecho por traerlas a mi memoria.

La última vez que soñé con ella la vi en medio de lo que parecía un campo de fútbol, con un césped muy verde y fresco. La expresión de su mirada era una mezcla de amor y nostalgia. No me dirigió palabra alguna, pero me entregó unas notas hechas en pequeñas hojas de papel reciclable -su favorito para trabajar con los niños- y en una de ellas, con su inconfundible letra, estaba escrito "Te amo".

Nuestro amor permanece, indistintamente de las dimensiones del tiempo y el espacio.

Otra forma de comunicación ha sido la aparición de mensajes escritos por Yuvia hace muchos años, que han llegado a mis manos en momentos en que he pensado muchísimo en ella y que han respondido a mi inquietud de ese instante. Igualmente llegué a percibir el inconfundible aroma de su perfume (vainilla) en los primeros días de su partida física. Un evento "extraño" fue un televisor de mi casa encendiéndose de pronto, luego de un homenaje que se le hizo a ella en la escuela "Juan Antonio Mora" de La Laguna; y digo "extraño" porque ningún televisor de mi casa está programado para encenderse a cierta hora, pues Yuvia dejó de utilizar ese recurso cuando se acostumbró a dormir con el TV encendido todas las noches.

Con todo lo anteriormente escrito considero que he aportado pruebas suficientes de que ciertamente hay otra forma o dimensión de existencia distinta a lo que nuestros sentidos perciben diariamente. Tal vez a algunos les parezcan descabelladas y, por ende, descartables; no obstante, doy fe -y Dios Es mi testigo- de que no son producto de mi imaginación o la de otros, ni alucinaciones causadas por el estado emocional, ni mucho menos situaciones urdidas para crear desinformación o falsas esperanzas.

Quien haya leído estos artículos, que investigue sobre el fenómeno (hay mucho material disponible en la red) y saque sus propias conclusiones.

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