Por fin cerca de casa.
Yuvia inició el Año Escolar 2018-2019 en otra institución: el Núcleo Escolar Rural (NER) 170, del sector La Laguna del municipio Guásimos, con niños pertenecientes al segundo nivel de educación preescolar. Aunque al principio le costó adaptarse nuevamente al medio rural (no trabajaba en él desde 2014), poco a poco fue demostrando, una vez más, de qué estaba hecha profesionalmente. Yuvia le inyectó a la institución buenas dosis de dinamismo, energía positiva y modernismo. Al finalizar el Año Escolar, la dirección reconoció sus logros y eso le dio mayor ánimo para continuar su labor en el siguiente período de estudios.
Otra cosa que la animaba a continuar era la cercanía nuestro hogar. Entre 5 y 10 minutos se empleaba para llegar a la institución y cumplir sus labores; luego regresaba a casa en un tiempo similar. El ambiente de trabajo era muy de su agrado, se sentía a gusto con la sencillez de los niños y la generosidad de los adultos. Tal como ocurrió en las demás instituciones en las que trabajó, se ganó a la comunidad en general.
En el Año Escolar 2019-2020, se le asignó la formación de los niños de Tercer Nivel junto a la prof. Carolina Velandia, excelente profesional de la docencia, quien se convertiría posteriormente en una de sus mejores amigas y confidentes.
Yuvia elaboró esta imagen en la que aparece junto a Carolina, para el cierre
del Año Escolar 2019-2020.
La llegada del Covid-19 al país (anunciada en marzo de 2020) significó un enorme cambio en cuanto a las clases. Hubo que adaptar los contenidos y las estrategias para aplicarlos vía online. Cada semana, Yuvia y Carolina daban lo mejor de sí como educadoras por medio de las conexiones de WhatsApp entre ellas y los niños. Ofrecían dinámicas de trabajo que no sólo permitían a los niños realizar sus asignaciones fácilmente a distancia, sino que también fomentaban su deseo de participación, alimentaban su espíritu de investigación y contribuían a la cooperación y unión familiares.
La pandemia también obligó a los docentes a diversificar sus fuentes de ingreso y Yuvia confrontó la situación proponiéndole a Carolina la creación de un pequeño grupo de Tareas Dirigidas que funcionaría en nuestra casa. Carolina aceptó la propuesta y en pocos días se presentaron varios niños (principalmente antiguos alumnos suyos) con quienes iniciaron las actividades de asesoría académica, tanto a nivel preescolar como en educación primaria y básica. Pronto las Tareas Dirigidas en nuestra casa cobraron muy buena fama gracias a la labor de Yuvia y Carolina. Esta situación contribuyó a unirlas mucho en el plano amistoso, apoyándose mutuamente y defendiéndose como un solo ente ante los ataques de otras docentes que, como suele ocurrir en casos semejantes, no comprendían la trascendencia de su labor con los niños.
(Continúa en la próxima entrega).
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