MÁS QUE PROFESORA (2)

"Siempre juntos".

Cuando nos casamos el 05 de octubre de 1996, tras un noviazgo de 2 años y 11 días, nos prometimos amor eterno y juramos estar siempre juntos; cuando no fuera posible físicamente, lo estaríamos espiritualmente, pero "siempre juntos, con la ayuda de Dios".

El beso que selló nuestra unión.

A los 3 meses, por razones estrictamente económicas, ingresé a la Guardia Nacional venezolana. Yuvia se quedó en casa de mis padres, donde aprendió nuevos valores y nuevas perspectivas que forjaron aún más su carácter y transformaron su visión de la existencia. Dos años después, logré establecerme en Puerto Cabello, estado Carabobo (Venezuela) y hasta allá fue Yuvia a acompañarme. Durante cinco años compartimos responsabilidades, consolidamos nuestra unión (a pesar de las muchas bajas que tuvimos) y, principalmente, crecimos como personas. Yuvia había trabajado antes en una guardería de la Banda Ciudadana en San Cristóbal, por lo que tenía conocimientos acerca del trato y cuidado de los niños, cosa que le motivó a estudiar Educación Integral. Con el apoyo mío y de mi madre, inició sus estudios. Se destacó inmediatamente entre sus compañeras en virtud de su intelecto y su carisma. Económicamente también fue muy emprendedora, pues inició un pequeño grupo de Tareas Dirigidas en nuestro apartamento y realizaba manualidades que vendía entre los representantes de los niños que asistían a sus Tareas Dirigidas, así como entre los vecinos de la urbanización. En este tiempo se formó su gran afición por la buena lectura, siendo ella quien adquirió la mayoría de los libros que hoy día permanecen en nuestra biblioteca. Cuando recibió su título junto a una mención Cum Laude en el CUAM Puerto Cabello, estaba muy orgullosa de haber logrado tal distinción por obra del Eterno, amén de su esfuerzo personal y de mi apoyo tras bastidores.

Comienza su ascenso.

Una imagen de Yuvia en sus inicios como docente.

En 2004, ingresó al Ministerio de Educación y consiguió su primer puesto de trabajo como docente en la Unidad Educativa "Juan Antonio García Mora" (San Cristóbal), lugar donde permaneció por poco tiempo. En 2005 obtuvo su traslado al Centro de Educación Inicial "Manuelita Sáenz" del Palmar de la Copé, estado Táchira, donde inmediatamente comenzó a destacarse por su profesionalismo, su amor por los niños y su don de gentes. No obstante, su permanencia allí no fue del todo un camino de laureles, pues su labor se vio obstaculizada por las acciones de otras profesionales de la docencia, tanto superiores como compañeras, que posiblemente no lograban entender, en ese momento, que Yuvia simplemente hacía su trabajo por una auténtica vocación de servicio y no por bajas ínfulas de grandeza, algo que nunca fue parte de su personalidad. Pero hubo también colegas que valoraron no sólo su esfuerzo como profesora, sin también su fuerte sentido del compañerismo y la lealtad. Entre las compañeras que trabaron un fuerte lazo de amistad con ella en la institución, se destacan Mercedes Suárez, Milagros Pereira y, posteriormente, Alba Acevedo, quien ciertamente reconoció la gran valía de mi querida Michulina y estuvo muy unida a ella en los últimos meses antes de su partida física.

(Continúa en la próxima entrada).

Comentarios

  1. Fe de Erratas: la primera Unidad Educativa en la que Yuvia trabajó se llama en realidad "Juan Bautista García Roa". Ofrezco mis disculpas por la confusión.

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