CRÓNICA DE UN TRISTE DESENLACE.



Sábado 22 de enero de 2022.- Ambos presentamos un cuadro febril. A ella le apareció lo que a simple vista se veía como una faringitis. Tos, sequedad en la garganta, moqueo y algo de fiebre. Nos preocupamos porque sabíamos que, de tratarse de Covid-19, no teníamos los recursos económicos para adquirir los medicamentos indispensables. Ella dijo: «Si a mí me da eso, me muero». Acordamos asistir al médico el siguiente día.


Domingo 23 de enero de 2022.- La acompañé al consultorio médico, donde le diagnosticaron Covid-19 y le recetaron varios medicamentos (antibióticos, analgésicos, retrovirales, entre otros). Disponíamos de algunos en casa, pero los retrovirales eran muy costosos de adquirir (US$65 por una caja de 10 pastillas). Le di de comer algunas frutas cítricas para aumentar la vitamina C en su organismo; lo mismo hice por mí.


Lunes 24 de enero de 2022.- La necesidad nos llevó a publicar un flyer solicitando ayuda económica o material. Una compañera de armas (soy militar retirado) me ofreció remitirme, vía encomienda, una caja de retrovirales y yo acepté su ayuda. Mi cuñada, enfermera, cuidó de administrarle los antibióticos a las horas pertinentes.


Martes 25 de enero de 2022.- Su tos aumentó y apareció la flema pectoral. Los antibióticos orales no surtieron efecto, por lo que mi cuñada recurrió a los antibióticos intravenosos. Comenzó a presentar problemas respiratorios y se le practicaron nebulizaciones, con las que se aliviaba un poco. Yo tuve un episodio de hipoglicemia por no estar comiendo bien; estaba muy preocupado por ella: tenía obesidad y problemas renales desde hacía unos años.


Miércoles 26 de enero de 2022.- Su respiración se hizo más trabajosa… y lo más grave: le dolía el tórax en cada distensión. Se prendieron las alarmas. Mi cuñada decidió trasladarla al hospital. Su saturación estaba muy baja, pero los profesionales de la salud lograron aumentársela y estabilizarla. Al practicársele una radiografía, se vio que sus pulmones estaban en extremo congestionados… Eso significaba que tenía una neumonía en estado avanzado. Cuando le recomendaron permanecer hospitalizada, ella se negó (le atemorizaba quedarse sola en el lugar) y yo la secundé. La llevamos a casa de mi madre, pero al rato hubo que buscarle una bombona de oxígeno para que pudiera respirar bien. Ella insistió en que no la llevaran de nuevo al hospital.


Jueves 27 de enero de 2022.- Por la madrugada se le administró oxígeno cada 2 horas, pero por la mañana ya no aguantaba ni cinco minutos sin el suministro de oxígeno. Su cuadro se complicó y su saturación bajó a 46. Buscamos un concentrador de oxígeno, pero el profesional a cargo del aparato dijo que con tal nivel de saturación el concentrador era inútil. Entonces nuestro sobrino y su esposa llamaron a una ambulancia y fue trasladada al hospital. De inmediato la internaron en la zona asignada para pacientes con Covid-19 y comenzaron a tratarla. A las 3 horas se le presentó una crisis respiratoria y la trasladaron urgentemente a la Unidad de Cuidados Intensivos. Fue durante ese traumático evento que la vi, luchando por su vida, por última vez. A las 8:00 p.m. de ese jueves 27 de enero, el médico que la había atendido me comunicó la noticia más dolorosa en mis 52 años de vida: mi esposa había fallecido.

Mi esposa Yuvia.

La dolorosa realidad del Covid-19 había tocado ya nuestras vidas en noviembre de 2021; mis padres, mi hermano, su esposa y mi sobrino se habían contagiado y estaban pasando la cuarentena juntos en la misma casa. De ellos, el único que no salió de la enfermedad fue mi padre: el 1ro de diciembre entregó su espíritu, por la reaparición del Síndrome de Guillain-Barré en su organismo, asociado con el Covid-19. Luego, en apenas 58 días, mi esposa Yuvia también partió al encuentro con el Único Eterno por causa de una neumonía asociada al virus. No estaba preparado para tan terrible dolor… Mi mundo se desmoronó casi al instante y me di cuenta de lo frágil de la existencia humana, a la cual un virus puede aniquilar en cuestión de días e incluso de horas.

Se me presentó la peor crisis de toda mi vida. Viudo y sin hijos, tendría que enfrentar desde ese momento los días y las noches completamente a solas, en medio de apagones eléctricos diarios y continuos, sin tener ni siquiera un perro para que me recibiera al llegar a la casa que compartí con mi esposa por más de 17 años.

Y de este proceso, así como de lo que aprendí junto a mi esposa Yuvia en 25 años de matrimonio, comenzaré a compartir con mis hipotéticos lectores en las próximas entregas.

Comentarios

  1. Mi bello, mis saludos y cariños para ti.
    La soledad es solo física, tu bella YUVIA está a tu lado

    ResponderEliminar
  2. Lamentablemente esa peste china ha hecho desastre, para el 21 de diciembre mi esposo y yo salimos positivo, con la gracia de Dios Todopoderoso , dos hijos en el extranjero , sobrinos , hermana y amigos incondicionales quienes nos apoyaron salimos de esa enfermedad, 24 y 31 de diciembre estábamos en condiciones.muy críticas, pensamos que nos moríamos, cada uno hospitalizado en habitación dentro del apto
    Lamentó muchooooo lo acontecido, lo comprendo y lo entiendo perfectamente pero tenga mucha Fe en Dios Todopoderoso que aún tiene mucho por vivir y a quienes les hace falta, un gran abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin duda alguna que así es. Esa terrible enfermedad se ha llevado a muchos seres queridos en cada familia de todo el mundo y no sabemos a quién culpar por esas pérdidas.

      Eliminar
  3. Hola Sr. Ramsés!! Recibir la triste noticia de la partida de un ser querido es algo difícil de explicar y aceptar... Por mucho años compartir una bella amistad con Yuvia, una gran mujer, extraordinaria, llena de sabiduría, de amor, de vacación para enseñar a sus alumnos y que su aprendizaje fuera significativo para ellos... Fue y siempre será mi hermana de la vida, con la que conversaba cuando me sentía sin respuestas y al igual fui para ella, nos dábamos consejos cuando alguna lo ameritaba... Gracias por ser un buen esposo, amigo, compañero en la vida de mi amiga, ella siempre desde el cielo nos cuidará y guiará... Un fuerte abrazo a la distancia!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por haber querido tanto a mi gordita. Ella fue y seguirá siendo alguien sumamente especial en muchas vidas. En la mía seguirá siendo el amor de mi vida.

      Eliminar
  4. Hola profe. En el grupo de docentes de preescolar aprendí a sentir mucho afecto por la profe Yuvia. Una persona de mucha valía, con saberes y presta a ayudar a todas, a orientarnos en esta noble labor. De verdad fue muy doloroso para muchas docente su partida. Y para usted mi profe mantengala siempre presente q ella se mantiene a su lado. Mis más gratos saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por sus palabras... Yuvia seguirá viva y presente en cada profesora que continúe su labor basada en los consejos y las acciones que ejecutó. De eso no tengo duda alguna.

      Eliminar
  5. Mi querido Arnoldo, se que la perdida de un ser querido es dolorosa y nos deja un sin sabor, nos encontramos sin saber que hacer, como reponernos, pero solo Dios da esa fortaleza y consuelo. Te admiro por tu valentía y tu fuerza que hasta ahora has demostrado y eso solo lo hace un hombre lleno de fe y creyente de Dios. Leyendo tu blog no pude evitar derramar unas lágrimas por ese ser tan maravilloso que fue yuvi y que de seguro sigue entre nosotros. También tuve covid a lo mejor no con la gravedad que yuvi y tu padre lo tuvieron, pero hoy enfrentó las secuelas del mismo tengo caída del cabello a montón y un dolor insoportable en mi rodilla derecha, el covid no es un juego aunque hoy día muchos lo vean así.gracias por compartir. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Hola Prof Rances. La escritura nos ayuda a descargar nuestros sentimientos más profundos. Usted no me conoce ni yo a usted. Tampoco conocí físicamente a nuestra amada Yuvia. Sólo conversábamos por teléfono y me bastó amarla como a una hermana. He llorado mucho su partida y quiénes lean creerán que es algo absurdo, que se llore a alguien que jamás ví que jamás tuve frente a mí. Yuvia fue un ser maravilloso y debemos honrarla y recordarla por su risa inigualable. Tuve la oportunidad de hacerle una entrevista para mi tesis doctoral y no he podido terminar de escribir porque escuchar su voz me entristece demasiado. Sin embargo, al leerle hoy decidí culminar lo que empecé y de esa manera la honraré. Quería que supiera que su dolor es compartido por muchos quienes tuvimos la oportunidad de quererla. Esa era Yuvia, nuestra hermosa gordita: cobarde, alegre, extraordinaria, abnegada en todo. Siempre pensando en los demás. Dios la ha de tener en un lugar muy especial, porque ella lo merece. Dios te siga bendiciendo Rances. Tienes amigos que no conoces gracias a ese ser que te acompañó por tantos años. Soy Nancy Sandoval.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cobarde era con las cucarachas (les huía gritando "¡Pichu [así me llamaba cariñosamente], una godzilla!"), pero en lo demás era más valiente y arriesgada que yo. Me enseñó mucho sobre el amor, la alegría y la entrega a una vocación. Cumplió a cabalidad la misión que Dios le encomendó en este plano y ahora cumple otra semejante en la Eternidad.

      Eliminar
    2. Jajajaja puedo imaginarla. Sin duda alguna, era valiente y frágil a la vez. Dios la tiene en un excelente lugar.

      Eliminar
  7. Yo también estuve enferma esos días con el covid y también pendiente de la mamá de mi hermana mayor que también le pasó cómo a la Prof Yuvia y con el mismo descenlance, mi hermana en Chile por más que busco cumplir el tratamiento lamentablemente no la pudo salvar, yo me asusté muchísimo esos días y la depresión se queda, mis ánimos y mi esperanza de tener un buen día ya son ausentes en mi

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En las próximas entregas relataré cómo me las he arreglado para sobrellevar el dolor y la tristeza (que aún siento) por su partida. Espero que le sea de utilidad.

      Eliminar
  8. Mi nombre es janitza y de verdad No sabe cuanto lo siento ...y en parte siento que no hice lo suficiente para ayudarla mucho mas emocionalmente ..para alentarla y darle mas ánimo......pero ella no me dijo que tenia covid ...
    Sino faringitis ...después fue que me enteré ...y bueno ..también me siento muy triste

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todos, sin excepción, sentimos lo mismo en algún momento: que no hicimos lo suficiente, que no estuvimos allí, entre otros pareceres. Pero Dios nos permite ayudar a otros según nuestras posibilidades, sea con dinero, con oración, con apoyo moral, con un abrazo o incluso con un mensaje. Cada uno de nosotros hizo lo que bien pudo, así que no debemos sentirnos culpables. Muchas gracias por querer tanto a mi esposa. Ella, desde la Eternidad, te abraza con cariño.

      Eliminar
  9. Mi más sentido pésame! Hace unos 5 años aproximadamente hice mi labor social en el preescolar la casita, en Pirineos II, dónde estuve compartiendo con la profe Yuvia un tiempo, corto, pero suficiente para tomarle muchísimo cariño y darme cuenta de la gran profesional que era y lo dedicada que era con sus niños! Ya cuando cumplí las horas quería seguir yendo solo para estar allí y compartir con ella y con el salón que en ese entonces era de maternal. Nos agregamos en facebook y de vez en cuando veía sus publicaciones y la recordaba con mucho cariño, casi no suelo revisar facebook y hoy me apareció la noticia de su fallecimiento, me impactó bastante, la recuerdo y recordaré con mucho cariño, muchas fuerzas para todos sus familiares!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

TIEMPO Y DETERMINACIÓN

TIEMPOS DIFICILES, PERO NECESARIOS

UN AÑO SIN LA MICHU