EL TRAGO AMARGO DE LA SOLEDAD.
Vivir en soledad: el gran desafío. La vida en solitario es un verdadero reto para quienes vivimos junto a una persona durante muchos años y, por circunstancias de la vida, ya no está a nuestro lado. Los recuerdos se amontonan en la cabeza y todo se convierte en una vorágine de melancolía. Para más tortura, cada fotografía, cada objeto que se encuentra en la casa dice a gritos que estamos solos. No es fácil (de verdad no lo es) preparar comida sólo para uno, limpiar la casa sin ayuda, pasar los días y las noches sin más compañía que las luces encendidas, un programa de TV (o una selección de música en el aparato de audio), una mascota (en mi caso, un gato) y una taza de café. Es duro ver vacío el espacio que el ser querido antes ocupaba en el comedor, en la cama, en la silla... Y entonces la tristeza hace presa en uno, las lágrimas surgen y el dolor fluye... pero la soledad permanece. Hace unos años con ella... Y ahora sin ella. Cinco meses han transcurrido desde la partida terrenal de ...