¡QUÉ DIFÍCIL NAVIDAD!
La tuve a mi lado por 27 navidades. Ahora ya no lo está. ¿Cuántos de nosotros pasaremos esta Navidad sin algún ser querido? Será muy difícil sentarse a la mesa viendo vacío el lugar que ocupaba un padre, un cónyuge, un hermano, un hijo, un abuelo... Y es aquí donde comenzamos a pensar acerca de cuán afortunados somos de haberlos tenido con nosotros porque, si duele su ausencia, es porque formaron parte importante y significativa de nuestras vidas. Extrañarlos, por lo tanto, es la prueba del amor que sentimos por ellos aún después de haber partido de esta existencia terrena. Y también es el precio que pagamos por su ausencia, pues ¿Quién entre nosotros no pagaría tal precio por todo lo que ellos nos enseñaron, por todo lo que vivimos junto a ellos, por todo el amor que recibimos de su parte? Te has preguntado ¿Cómo le gustaría a tu ser querido fallecido ser recordado esta Navidad? ¿Cómo quisieras recordarlo tú para honrar su memoria? La reincorporación paulatina a la vida cotidiana p...